Iba a anunciar el cierre del blog, por el inconveniente ya reiterado de que no me alcance el tiempo y mi propia persona para ver y difundir un número significativo de obras teatrales en tono de comedia, y a reconocer finalmente que suponer que esta vez, este año, iba a lograr revertirlo, era uno de mis
The Lirios.
En momentos como esos en que vas a dar por cerrado algo, no se porqué, se te aparece la imagen de tu madre, o de alguno de los tantos
Modelos de madre para recortar y armar que todos conocemos y son parte del imaginario colectivo, que te dice que no podés abandonar todo a mitad de camino, que te pareces a tu padre o a toda la familia de tu padre o que no te pareces a nadie, pero este cierre que querés dar es la peor versión de vos mismo, porque al momento con este proyecto aportaste, a lo sumo,
Sólo 2 comprimidos…
Eso mismo me pasó, todo eso se me vino a la mente y me quedé pensando…y cuando estaba por hacerle caso a eso y reflotar el proyecto, recuerdo que este tipo de extorsiones emotivas aparecen en muchas familias, son
Casi normales y me digo que quiero escaparme de la regularidad, la lógica común de los acontecimientos, y por eso que me voy a encaminar nuevamente a cerrarlo.
Y cuando me disponía a instrumentarlo, me recorrió el cuerpo un
Blanco de hielo y empezó a rebotar en mi cabeza “qué vas a hacer?”, me rebotó varias veces, “qué vas a hacer? qué vas a hacer? qué vas a hacer?”. Y siguió rebotándome “
Chacovachi, Chacovachi, Chacovachi, Beetlejuicie, Beetlejuice, Beetlejuice”. Eh, bueno, esos últimos rebotes fueron consecuencias de asociaciones libres que hizo mi mente, que se yo, lo que importa es que todo eso que me rebotó, me terminó pegando
Por el lado más bestia y me dije “Eh
Gato, te creés que estás
in the sky, bajá acá, si vos so de cualquiera, como que te diga
de Ramírez y ponete a hacer el bló, ponete”.
Y ahí puse los pies en la tierra y para reafirmar esto en voz alta pronuncié
Le Prenom que yo tengo es Ariel y tengo que poner en marcha esto, como debe ser. Y comencé a pensar y a tocarme el
Bigote Argentino y como si una relación de causa a efecto hubiera existido entre una y otra cosa automáticamente recordé todos los defectos de las obras que había visto. Cuando iba a escribirlos para volcarlos en el blog, la buena suerte quiso que el ruido que hacían
Unos hinchas de Boca festejando un gol me sobresaltara y dejara de tocarme el
Bigote Argentino y volviera en mi mejor versión para tachar todo lo que había escrito, arrugar los papeles y tirarlos.
Ya sabía lo que quería, no obstante tantas
Variaciones Bartleby, pero tenía la mente en
Blank, pero no como
Omar Galván, pues eso habría facilitado las cosas. Y me dije si tan sólo tuviera
El Partener que necesito o alguna herramienta, una
Tenaza, para resolver y avanzar con este
Asunta, la verdad sería un buen momenta. Pero no. Hubiera agradecido que se me aparecieran
Stereotipos a ciegas, pero nada che, nada. Entonces, cuando ya estaba cansado, entre dientes, murmuré, yo tiro
La bomba de humo y de los
Daños Colaterales que se haga cargo otro, si te he visto no me acuerdo. Pero una vez que estaba resignado, se me hicieron presentes imágenes de personas que sufren problemas serios, de verdad, no como éste, por ejemplo, la
Opresión de mujeres marchitas en muchísimos lugares, como en
La Casa de Bernarda Alba, los que sufrieron
Los Siete contra Tebas,
la gente que vive en manicomios, los profesores a domicilio y las familias de vampiros venidas a menos…y de repente, todo se resignificó, me di cuenta que tenía que ponerme en marcha, e inmediatamente vinieron a mi mente canciones de Amadeus e imágenes de La Manzana de las Luces, recordé a mi Tío, Un Vania, y su singular forma de vivir la vida y a Kartun, El año de Salome, y todo lo que el proceso de armado de esa obra implicó y, para despejarme, salí a la calle y caminé hasta el Parque Lezama. Al aire libre, me sentí
Vivo otra vez y, cuando volví a casa, ya estaba dispuesto a intentar tender
Un Puente al Humor durante otro año más y convencido de que si eso no ocurría iba mantener el blog, aunque más no sea porque sí. O quizá, porque, a pesar de no molestar a nadie, me contagié de
El Heavy Re Jodido.
